El control de esfínteres depende sobre todo de la madurez del niño, por lo tanto, hay que respetar sus tiempos y, sobre todo, vivir este gran hito del desarrollo con optimismo, alegría y con mucha paciencia.
Por mi experiencia, no está tan asociado al desarrollo del lenguaje como a la madurez emocional. Yo he tenido niños que controlaban perfectamente esfínteres sin tener un lenguaje muy solvente, y viceversa.
Para mí, sobre todo, es importante la constancia, la paciencia y la oportunidad.
Os voy a contar un poco una propuesta para abordar este aprendizaje.
¿Cómo abordar el aprendizaje?
En primer lugar, es muy importante la comunicación y el trabajo en equipo entre familia y escuela, como todas las cosas que tienen que ver con los más pequeños, si trabajamos JUNTOS les resultará más sencillo y se alcanzará antes la meta.
Por eso, es muy importante busca el momento óptimo para ponernos a ello (que no coincida con la llegada de un hermanitx, con la retirada del chupete, que sea una época sin estrés o sin mucha carga laboral de los papás) sobre todo porque precisa dedicación.
Una vez que fijemos la fecha, comenzaréis vosotros un fin de semana,.
Los primeros días hay que estar muy pendientes y en casa es solo un niño, pero en el aula es mayor el número de peques.
Yo os aconsejo hacerles partícipes, por ejemplo, que la tarde del viernes vayáis juntos a comprar ropa interior (ahora las tiendas os lo ponen muy sencillo porque tienen sus dibujos favoritos), que habléis con ellos reforzando el gran logro que va a conseguir porque ya va a ser muy mayor.
Es importante que adquiráis también camisetas interiores porque no es aconsejable usar bodys (aunque sean desabrochados) porque al sentarse es sumamente sencillo que se moje. Y también pantalones y calcetines de sobra porque los primeros días usaremos muchos.
Prepararemos juntos con ilusión la mochila con toda la ropa que será inseparable estos primeros días.
El sábado por la mañana al levantarse, le quitáis el pañal y les sentáis en el WC con adaptador (sobre todo porque no se acostumbren al orinal, ya que aquí al haber muchos niños no se usan por motivos higiénicos), estáis con ellos un ratito (el tiempo que se sientan cómodos) y observáis si han hecho pis o no.
Si no ha hecho, el tiempo de volver a sentarnos un rato deberá ser menor, mientras que si lo ha conseguido podréis alargarlo. Sois vosotros quienes tenéis que manejar estos tiempos, porque incluso con el control de esfínteres adquirido es muy complicado que ellos lo pidan, entre otras cosas porque tienen otras prioridades, por ejemplo, jugar.
Los difíciles primeros días
Es importante la CONSTANCIA, no es recomendable que, los primeros días les volvamos locos, te quito el pañal en casa, vamos de visita, te lo pongo, te lo quito otro rato….si no es el momento adecuado…, mejor posponerlo.
En estos primeros días, el pañal se volverá a poner para la siesta y por supuesto para la noche.
Yo con mis hijas lo que hice fue iniciar el ritual de la noche para ya crear una rutina, es decir, desde el principio (aunque aún durmieran con pañal) evitaba la ingesta de mucho líquido a última hora, las sentaba justo antes de dormir y después ya le ponía el pañal.
Por la mañana, a primera hora, se lo quitaba (así tenía una referencia de cómo evolucionaba el control nocturno para poder afrontar este nuevo reto cuando estén listos).
El lunes ya vendrán al cole sin pañal (podéis poner un empapador de los de algodón en la silla del coche por si hay algún escape) y con la mochila llena de mudas y bolsas de plástico para separar lo limpio de lo mojado.
Los días complicados deberían durar como mucho una semana, esto no quiere decir que el día 8 ya lo tenga controlado perfectamente, sino que los escapes cada vez serán más puntuales, si no es así, quizás no sea el momento de afrontar este reto y no pasa nada…, paramos y más adelante lo intentamos de nuevo.
Es un proceso muy emocional, así que con paciencia y con mucho cariño.
Espero que os sirvan de guía estas pautas y ya sabéis que desde la escuela siempre os acompañaremos en el camino.
Lo más importante, es reforzar todos los logros que alcancen, que cada vez que haga pis…, sea una auténtica fiesta de besos y abrazos, evitar regañinas innecesarias, si hay mucho escapes (que los dos primeros días así será), con mucho cariño y paciencia, verbalizaremos lo que ha pasado:
“Anda se ha escapado el pipí, te has mojado, ¿verdad? No pasa nada, vamos a buscar la mochila y cambiamos la ropa”
Y a seguir intentándolo, porque solo así aprenderán a anticipar las sensaciones.
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