¿Os animáis a aceptar el reto? Busquemos un momento del día para empezar a introducir pequeños cambios y mejorar nuestros hábitos alimenticios…¿empezamos por el desayuno?

¿Por qué es importante mejorar el desayuno?

El desayuno seguramente es el momento del día donde más pesa los hábitos que, quien más y quien menos, llevamos arraigados como tradición.

Es difícil visualizar un desayuno sin un tazón de Cola cao, galletas, tostadas con mantequilla y mermelada ….y a día de hoy aún escucho a algún padre cuando ve los desayunos que se sirven en las escuela decir con un suspiro… ”pobrecitos….no les dais galletas”.

Empezar el día con un desayuno nutritivo y saludable no da energía para afrontar de otro modo la jornada. 

Consejos para mejorar el desayuno

Empezar el día con un desayuno nutritivo y saludable no da energía para afrontar de otro modo la jornada. 

Os dejamos a modo de “tips” pequeños cambios que podéis introducir en vuestro día a día.

  • Cambiar el pan blanco por un pan 100% integral….un gesto muy sencillo pero que suma.
  • Acompañar el desayuno con un tazón de fruta fresca (o una pieza). La fruta es siempre la mejor opción, hay variedad de sabores, de tipos que además cambian con la temporada…seguro que entre todas encontramos alguna que nos encaje en nuestros gustos y preferencias.
  • Un puñado de frutos secos. Los frutos secos son un gran alimento para nuestro cuerpo y también para nuestra mente. Es el complemento perfecto para completar un buen desayuno, con un aporte de ácidos grasos omega 3, vitaminas o ácido fólico.
  • Reducir los cacaos solubles, cuyo ingrediente principal es el azúcar y mezclar este producto con cacao puro para ir habituándose a un sabor menos palatable.
  • Darle la bienvenida a la avena en vuestros desayunos, cocinada tipo porridge o bien horneada,  con un toque más crujiente como la Granola. La avena es un cereal completísimo que nos aporta hidratos de carbono de absorción lenta, fibra, proteínas y minerales, además es muy versátil para preparar recetas de desayuno.
  • Cambiar la mantequilla y la mermelada por opciones más saludables. En el caso de la mermelada, si estáis acostumbrados y os cuesta renunciar a ella, podéis hacerla casera (no os asustéis que os prometo que no se tarda más de 4 minutos). En un cazo echáis vuestra fruta favorita (ya la venden incluso congelada que es una magnífica opción para esta receta) añadís medio vaso de agua y si sois muy golosos un puñado de dátiles (con el compromiso de ir rebajando la cantidad para ir reeducando el paladar). Se lleva a ebullición y al cortar el fuego se añade dos cucharadas de semillas de Chía. Dejamos reposar y trituramos con la batidora. ¡Listo! Es fácil, sencillo y gracias a los mucílagos de la chía no necesitamos nada de azúcar para conseguir una textura untuosa (lo de los dátiles es más bien un paso transitorio). Y en cuanto a la mantequilla podemos explorar otras grasas saludables como el aceite de oliva o el aguacate.
  • Eliminar poco a poco la bollería industrial, cocinar alguna receta de repostería saludable, en el recetario de la escuela encontraréis distintas opciones (bizcocho de calabaza y almendras, de manzana, de naranja y chocolate) incluso opciones con legumbres para los más atrevidos (brownie de judías pintas, bizcocho de garbanzos…) que os invito a explorar porque os sorprenderán si sois capaces de aceptar el equipo “legumbre-repostería”.
  • Y para terminar nuestro Caperuconsejo de Nutrición, involucrar y permitir la participación de los peques en la elaboración de recetas. Estas dos recetas que os dejamos en nuestro canal de Youtube, son perfectas para cambiar las galletas industriales por otras más saludables y una receta que podéis cocinar en familia durante el fin de semana….pringosas, divertidas y deliciosas….Os dejamos también la receta de versión alérgicos 

 

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