El juego, una actividad esencial para el desarrollo infantil.
Jugar adquiere un papel fundamental desde el nacimiento, ya que constituye una herramienta que facilita la acción, la reflexión y la expresión. Pero aún conociendo su importancia cada vez dedicamos menos tiempo en él.
Hay una clara conexión entre infancia, juego y desarrollo. En los primeros tres años de vida es inseparable al ser humano y constituye una herramienta excelente en el crecimiento integral del niño.
EL VERDADERO MOTOR DEL DESARROLLO INFANTIL
“jugar para un niño es la posibilidad de recortar un trocito de mundo y manipularlo.
Características generales del juego en la etapa de 0 a 3 años
- Comienza de manera espontánea, libre y no condicionada por nadie, y dispone siempre de un espacio propio y de realización personal.
- Es una forma fundamental de expresión, ya que a través de él se puede mostrar intereses, motivaciones, actitudes, sentimientos e ideas.
- Fomenta la socialización, tanto con los adultos como con su grupo de iguales, lo que ayuda a establecer vínculos afectivos.
- Produce satisfacción y da la posibilidad de vivir experiencias a través de su propio cuerpo y así conocer el mundo que los rodea.
- Permite realizar cambios constantes y adaptar situaciones a contextos o
realidades específicas. - Favorece la transmisión de valores
- Genera gran motivación personal y permite evaluar si se están consiguiendo los objetivos que se proponen.
- Estimula el respeto hacia los demás y facilita la interiorización de las normas.
- Potencia la autoestima, así como el control y la mejora de las emociones.
- Alienta la creatividad y la imaginación a través de los diferentes juegos simbólicos que disfrutan realizando.
- Es un aprendizaje constante que, además de divertir, contribuye a la asimilación de multitud de aspectos fundamentales para el desarrollo.
- Atiende a la diversidad individual y la integración, ya que pueden realizarse todas aquellas modificaciones necesarias para adaptarlo a las características y capacidades de cada persona.
¿CÓMO ES EL JUEGO EN CADA ETAPA EVOLUTIVA?
DESDE EL NACIMIENTO HASTA LOS 12 MESES
Durante los primeros meses de vida, el tipo de juego que predomina es el sensorial. El bebé explora el entorno con sus sentidos, de manera que se entretiene y aprende del mundo mediante el uso de la visión, la audición, el tacto, el gusto y el olfato.
En esta etapa jugar consiste en repetir una acción una y otra vez
por el puro placer de experimentar las sensaciones que le produce cada una.
DESDE EL AÑO HASTA LOS DOS AÑOS
Lo cierto es que los bebés evolucionan a la par que lo hace su desarrollo motor. La exploración y la adaptación al medio es su fin fundamental. Y de este modo descubren sus propias posibilidades.
Comienzan a andar solos y la manipulación de diferentes objetos es un pasatiempo diario.
Entre los 12 y los 18 meses comienzan a imitar conductas, disfrutan descubriendo las causas de diferentes acontecimientos y así van adquiriendo el concepto de espacio, objeto, tiempo y causalidad. Les gustan los objetos que favorecen el juego pre-simbólico, como construcciones, paneles sensoriales y encajables.
DE 2 A 3 AÑOS
En este periodo aún se divierten de manera independiente, uno al lado del otro. Pueden usar juguetes similares o diferentes, y van adquiriendo las habilidades necesarias para jugar juntos.
La imaginación se une ahora al juego simbólico. Lo más característico es que simulan situaciones, objetos y personajes que no están presentes, lo que refleja el conocimiento de su entorno y las claves sociales y culturales.
Así, la selección del argumento en el juego demuestra que comprenden cada vez mejor el universo adulto. Además, en esta etapa comienzan a entrar en ese ‘mundo fantástico’ del que tanto se disfruta durante toda la primera infancia, al usar la imaginación y la creatividad sin límites.
De los 2 a los 3 años consiguen un gran avance con respecto a su desarrollo motor. Les encanta correr, bailar, saltar y manipular diferentes objetos.El habla toma protagonismo en esta fase. Cada vez va siendo másparecida a la del adulto e irá mejorando poco a poco a través de preguntas, cuentos y de la explicación de las rutinas.
La planificación, la base del éxito
El juego, como hemos visto, es una actividad natural, espontánea e inherente al ser humano, pero no significa que deba carecer de planificación, análisis y evaluación sobretodo desde el ámbito pedagógico.
No hay que olvidar que requiere una actitud activa y la implicación de todos. Para ello, los profesionales cuentan y se forman en este ámbito, ya que, como dijo John Cotton:
“quien se atreve a enseñar nunca debe dejar de aprender”.
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